El yoga y la postura de la luna creciente

El yoga y la postura de la luna creciente

En una nueva entrega sobre las distintas asanas, hoy os escribimos sobre el yoga y la postura de la luna creciente. Su nombre original es el de Anjaneyasana donde anja significa forma y neya tiene el significado de reducida. La forma de arco que dibuja el cuerpo es similar al de la luna creciente, de ahí el porqué de su nombre.

Para poder comenzar a realizar esta postura es necesario empezar sentad@ en la postura de Vajrasana. Una vez hecho esto, hay que arrodillarse con la pierna izquierda adelantada, descansando las manos sobre las rodillas con hombros y brazos relajados. A continuación el tronco hay que inclinarlo hacia adelante, estirando la parte trasera de la pierna derecha y apoyándose en la pierna doblada. Las caderas deben relajarse hacia abajo, con la planta del pie contra el suelo. Una vez que hayamos inspirado y cogido aire hay que estirar los brazos tras la cabeza, arqueando la espalda y mirando hacia arriba con las palmas de las manos unidas. Aguanta unos 25 segundos y respira normalmente, pero aumenta la flexión de la columna cada vez que expires el aire. Luego suelta de forma suave y repite posición con las piernas cambiadas.

En esta ocasión, el yoga y la postura de la luna creciente tienen unos beneficios muy concretos y definidos sobre las piernas y los tobillos. También ayuda a que el sistema digestivo se regule. Esta postura no está recomendada para personas que tengan problemas o dolencias de corazón, y tampoco a personas con daños o problemas agudos de espalda.

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